Para que un planeta tenga campo magnético, no solo necesita un núcleo de Hierro sino algo que permita su movimiento. Eso se logra por convección y necesita que la temperatura en el centro sea significativamente mayor que en la superficie. Venus y La Tierra tienen similar tamaño y un centro de Hierro, pero aún así Venus no posee campo magnético. La Tierra tiene un sistema eficiente de enfriamiento en la superficie gracias a las placas tectónicas, Venus no posee placas tectónicas por lo que no logra el gradiente de temperatura necesario para la convección y consecuentemente el movimiento del núcleo de Hierro.
Para la existencia de placas tectónicas que se muevan, se requiere lubricación la cual ocurre en la Tierra a través del agua de los océanos. Venus perdió el agua líquida hace miles de millones de años.
De todas maneras no necesariamente se necesita tener placas tectónicas para la existencia de un campo magnético, de hecho Mercurio no las posee y tiene un fuerte campo magnético.
Marte, debido a su densidad de 3.935 g/cm3 superior al de una roca común, se presume tenga un núcleo de Hierro. Por otro lado, otra evidencia de un denso núcleo es la diferencia del momento de Inercia de Marte, 0.366, y el de una esfera con distribución homogénea de idénticas proporciones que resulta ser 0.4. Al ser menor, indica una concentración mayor de masa en el núcleo. Actualmente no se sabe si Marte tiene un núcleo líquido, pero con seguridad se sabe que tuvo en algún momento un campo magnético debido a las marcas magnéticas de la superficie. Esas marcas son, por ejemplo, lo que ocurre al solidificarse lava volcánica en presencia de un campo magnético. Este remanente muestra un campo 100 veces mayor al de la Tierra. Esto se observa en las zonas más viejas de Marte y no en las geológicamente nuevas (Amazonia).
En esta imagen se ve un fenómeno propio de la Tierra. Las bandas rojas y azules muestran inversiones en el campo magnético. Las mismas que se ven en la Tierra al moverse las placas tectónicas. Estas se abren paso y enfrían material volcánico al surgir a la superficie que se solidifica orientado según el campo magnético del planeta. Es así como se ve que a lo largo del tiempo, el campo magnético ha ido invirtiéndose periódicamente.